Cuando un olivo empieza a mostrar signos de sufrimiento, el problema podría no estar únicamente relacionado con el clima o el suelo. Hojas que se amarillean o caen, ramas secas, manchas anómalas en la copa o en la corteza y aceitunas dañadas son señales que pueden indicar la presencia de una enfermedad. Intervenir a tiempo es fundamental, sobre todo en un sector como el olivícola, donde la salud de las plantas está directamente relacionada con la calidad de la cosecha y la sostenibilidad del trabajo en el campo.
Las enfermedades del olivo pueden afectar de distintas formas: algunas atacan la corteza y el tronco, otras las hojas, y otras actúan en profundidad, comenzando por el sistema radicular. Por eso, saber reconocerlas es el primer paso para prevenirlas y gestionarlas con eficacia. Incluso una poda bien realizada y con herramientas profesionales, como las de Campagnola, puede marcar la diferencia, ya que mejora la salud general del árbol y reduce la probabilidad de infecciones.
¿Cuáles son las patologías más comunes? En este artículo hablaremos del tuberculosis del olivo, las infestaciones de polilla, mosca y cochinilla, del repilo (ojo de pavo real), de la negrilla, la verticilosis, la caries del tronco y de la lepra del olivo. No trataremos aquí la Xylella, un caso aparte y decididamente complejo, que merece un análisis dedicado, dada la gravedad de la emergencia que está causando en muchas zonas olivareras.
1. Tuberculosis del olivo: una herida abierta en el tronco
Causada por la bacteria Pseudomonas savastanoi, la tuberculosis es una enfermedad del olivo que se manifiesta con excrecencias leñosas y nudosas en el tronco, las ramas y las ramificaciones. Estas protuberancias, además de comprometer el aspecto estético del árbol, obstaculizan la circulación de la savia y debilitan la estructura.
La transmisión se produce principalmente a través de la lluvia y durante las podas, especialmente si se realizan con herramientas no desinfectadas. Por eso, la prevención es esencial: siempre se debe trabajar con cuchillas limpias, eliminar de inmediato las partes afectadas, evitar cortar en los períodos más húmedos y tratar con productos a base de cobre cualquier herida abierta.
2. Polilla, mosca y cochinilla del olivo: enfermedades parasitarias
No se trata de enfermedades en sentido estricto, sino de infestaciones parasitarias que pueden comprometer seriamente la planta. La polilla del olivo (Prays oleae) ataca las flores y puede provocar la caída prematura de las aceitunas, afectando la producción. La mosca (Bactrocera oleae) pone sus huevos en las drupas, generando larvas que excavan galerías en las aceitunas. La cochinilla, por su parte, se alimenta de la savia y predispone al árbol a otras infecciones, como la negrilla.
El control de estos insectos pasa por la prevención y el uso específico de tratamientos insecticidas, preferiblemente de bajo impacto ambiental.
3. Repilo (ojo de pavo real): el enemigo de las hojas
El repilo, o Spilocaea oleaginea, es una de las enfermedades foliares más comunes del olivo y se manifiesta con manchas circulares oscuras bordeadas de amarillo, que recuerdan al ojo de un pavo real. A causa de este hongo, las hojas afectadas se amarillean, se secan y caen, reduciendo la capacidad fotosintética de la planta.
Los periodos de mayor riesgo son el otoño y la primavera, especialmente en zonas húmedas. Una buena ventilación del follaje, junto con tratamientos preventivos y el uso de variedades resistentes, puede limitar la propagación del hongo.
4. Negrilla: la capa negra que asfixia al árbol
Entre las enfermedades del olivo, la negrilla se presenta como una película oscura sobre las hojas, producida por un complejo de hongos que dificulta la fotosíntesis y favorece la acumulación de humedad. Estos hongos se alimentan de las sustancias azucaradas (melaza) producidas por la propia planta o por insectos como la cochinilla o los pulgones.
Eliminar la causa primaria es la mejor estrategia: se deben controlar las infestaciones de insectos y luego proceder con lavados suaves y tratamientos fungicidas para eliminar el moho negro.
5. Verticilosis: el asesino silencioso del sistema radicular
La verticilosis es una enfermedad fúngica transmitida por el suelo, causada por Verticillium dahliae. Afecta el sistema radicular y provoca un marchitamiento lento de ramas y hojas, a menudo solo en una parte del árbol. Es un problema difícil de tratar y, aunque es posible intentar la cura con desinfectantes o agentes de control biológico, la prevención es el camino realmente eficaz.
Entre las estrategias más eficaces están controlar siempre la salud del suelo, practicar la rotación de cultivos y elegir variedades de plantas más resistentes.
6. Caries del tronco: debilitamiento interno de la madera
Esta patología se desarrolla con el tiempo debido a hongos lignívoros que atacan la parte interna de la madera. La caries del tronco debilita la estructura del árbol, aumentando el riesgo de rotura de las ramas o de colapso parcial.
Para combatir esta enfermedad del tronco del olivo, una buena intervención de poda, que elimine la madera comprometida, junto con la eliminación de ramas secas, puede ralentizar la progresión de la enfermedad.
7. Lepra del olivo: aceitunas podridas y moho rosado
La lepra, causada por Colletotrichum gloeosporioides, afecta a las aceitunas en maduración. Las drupas se cubren de manchas marrones, se ablandan y caen, reduciendo drásticamente el rendimiento productivo. En algunos casos, también se observa un moho de color rosado.
Para limitar su aparición, se recomienda cosechar anticipadamente en los periodos de riesgo y realizar podas que mejoren la circulación del aire en la copa del árbol.
Enfermedades del olivo en maceta: atención al drenaje y a la fertilización
Cultivar un olivo en maceta requiere algunos cuidados adicionales. Las enfermedades más comunes se deben principalmente a encharcamientos y desequilibrios nutricionales, que se manifiestan con hojas amarillentas o secas, crecimiento ralentizado y raíces podridas.
Es fundamental utilizar sustratos con buen drenaje, evitar excesos de agua y programar podas ligeras y regulares para mantener el equilibrio vegetativo.
La poda como prevención de enfermedades en el olivo
Una poda bien ejecutada del olivo no solo tiene un valor productivo, sino que también es una de las principales herramientas de prevención fitosanitaria. Al eliminar las ramas secas y dañadas y mejorar la aireación y la exposición al sol del follaje, se puede reducir significativamente el riesgo de enfermedades.
Para obtener resultados eficaces y trabajar con seguridad, es esencial utilizar herramientas profesionales diseñadas para garantizar precisión, durabilidad y comodidad de uso.
Campagnola pone a disposición una gama completa de herramientas para el cuidado del olivo, fruto de más de seis décadas de experiencia junto a los profesionales del sector.
Entre nuestras propuestas encontrarás tijeras de poda neumáticas y eléctricas con batería plug-in, así como podadores de cadena neumáticos y eléctricos alimentados por baterías plug-in intercambiables. Sin olvidar las tijeras manuales, los cortarramas y las sierras manuales, ideales para perfeccionar cada corte con precisión.
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Campagnola ofrece una amplia selección de tijeras eléctricas, pero estos modelos, gracias a la gran apertura de sus cuchillas, son la solución ideal para podar olivos, incluso en ramas gruesas y leñosas.
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Desde la tuberculosis hasta la fumagina, pasando por las parasitosis y las enfermedades de las raíces: una guía clara para reconocer y prevenir las principales enfermedades del olivo, incluso en maceta, con el apoyo de las herramientas firmadas por Campagnola.